La
Pieza del Mes de Febrero de 2017 que aquí presentamos es este
bolso de mano de gran belleza, que fue
fabricado a finales de la década de 1960 por la firma M.
Fragoa, de Bartolomé Gutiérrez Gómez, y fue donada al Museo por Salvador
González Gutiérrez, su sobrino.
De esta pieza es destacable su elegancia y sentido estético. La
elaboración en piel de serpiente pitón y cabra nos habla de cómo en diferentes
épocas se hacían este tipo de combinaciones. En este caso el plato es
de una sola pieza, a diferencia de otros que se
realizaban unidos para el aprovechamiento de la piel. En el doblez de
este, concretamente el lomo, es donde lleva el asa, así como la boca y
una de la patas de los fuelles, concretamente la más larga, y los vivos
de uno de los tabiques. La peculiaridad que
tiene esta piel es la necesaria delicadeza de su proceso de fabricación, dado que se planchaba para poder
obtener este fantástico brillo que aún hoy conserva. Se protegía con un
papel fino para evitar ralladuras.
Con referencia
a su parte interior, en la parte de la solapa tiene una boca con vista y
dos fuelles, y su centro donde lleva cogida la parte de la cadena. Respecto a la boca delantera, podemos ver cómo el cajoncillo tiene un
tabique de raso de moaré que se cierra
con una boquilla de veintiséis centímetros y pata de siete centímetros. Esta parte de la boquilla está unida con dos fuelles para conformar
un apartado más.
Decir que todas las fornituras (broche, porta-asas,
boquilla, cadena) están bañadas en oro
y destacar la calidad de este, pues el tiempo confirma que ninguno de
estos componentes tiene el más mínimo deterioro tras más de medio siglo de vida. [Fotos: Paco Solano]