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martes, 24 de enero de 2017

Patacabras Jubiladas: Manuel Ordóñez León


Seguimos llenando la entrada al Museo con más sabiduría y esencia artesanal, pues en ella ya cuelga la Patacabra Jubilada de Manuel Ordóñez León, acompañando a tantas otras que si pudiesen hablar nos relatarían mil y una historias acontecidas alrededor de su característico sonido.

Manuel nació el seis de abril de 1925 en "Ubrique de las Petacas", como a él le gusta llamar a su pueblo, lleno de orgullo. Es un enamorado de su oficio, al cual llegó a la edad temprana de diez años cuando entra en la fábrica de la aparcería de Antonio Domínguez Angulo, Manolo León, Sebastián Castro y Casiano, sita en la calle Ronda. Sus primeras faenas son los tacos para rellenar las petacas, que se hacían de virutas de madera y se liaban en papel de periódico, sirviendo para afianzar el ahormado que con esa maestría se le daba a las diferentes petacas que manufacturaban. Fue para él un respiro cuando llegó el cartón de guitarra que sustituyó a esta forma de rematado. También, al lado de la mirada sabia de Sebastián Castro, maestro del taller, empieza a empastar petacas de grano fino y badanas con los engrudos de almidón que él hacía. En esta etapa suya recuerda como tenía que ir por algunos de los desayunos de los miembros de la aparcería. Relata con gran gozo cómo algunas de las mujeres le obsequiaban con pan con queso, y recuerda los famosos jarritos de porcelana donde llevaban el café. Los años pasan y, sin darse cuenta, ve cómo se va desenvolviendo solo, en la destreza y perfección de todos los diferentes procesos a la hora de hacer una pieza. Hablamos del manejo de herramientas así como la fabricación de billeteros y monederos. Cuando fue llamado a filas ya era un oficial. Tras esta etapa sigue trabajando en esta empresa, que se trasladaría a la calle Botica hasta su cierre. En nuestro diálogo hace mención de las piezas que se manufacturaban en aquella fábrica: nos habla de los monederos de vieja y de los barajeros.

Nuestro agradecimiento a sus hijas Patro y María por la sensibilidad demostrada a la hora de acercarnos a su padre para que con su presencia nos hiciera llegar algo tan simbólico como esta patacabra, y también a su hermana Pepa Ordóñez León, de 96 años de edad, por haberle acompañado.

Esta patacabra consta en nuestro registro con el número 137 y cuelga para ser vista por nuestros visitantes. [Fotos: Paco Solano]





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