Ana López Delgado nació en Ubrique el 15 de octubre de 1949. Sus primeros
recuerdos son a la edad de seis años, cuando por las necesidades y el trabajo
itinerante de sus padres tiene que irse con una familia de acogida: Fernanda
Caro y su marido Francisco "Cocitar". Con ellos dormía en los pies de
la cama y ayudaba en las faenas de la casa. Cuando lavaba en la
panera, para alcanzar le ponían una piedra. También ayudaba en el trabajo que tenía
Fernanda en la piel, dando pegamento, y esta mujer también fue la que le enseñó las primeras
letras.
Su primera fábrica fue la de Francisco Gutiérrez en la calle
de los Morales. Entró allí a la edad de doce años y la sentaron en la mesa de Juan Arenas, quien empezó a enseñarle el oficio. Nos recuerda cómo hacía las correas de
reloj y que, cuando recortaban las guatas de los billeteros, esos restos los
aprovechaban para rellenar las almohadas. Otras faenas eran hacer el engrudo de
almidón que venía en una especie de bolitas que ponían con agua en un
recipiente y al fuego para conseguir la densidad deseada.
Nos narra cómo fueron aquellas primeras tareas por cuenta:
las correíllas y los fuelles que le daban los oficiales para hacelos en su casa,
que junto a su madre, que a la vez también trabajaba cosiendo monederos y
petacas hasta altas horas de la noche,
con el dinero que le pagaban le daba a su madre cinco duros para pagar la
luz. En esta empresa trabajó durante cuatro años. Después entra en la fábrica de Pulido. Cuál fue su sorpresa que nada más
entrar el maestro de la fábrica, que por aquel entonces era Guillermo, le dio una tarea de "coyotes", con la cual empezó a soltarse y trabajar sola. Viendo el
buen ambiente que se vivía en el trabajo decide hablar para que entrase quien por entonces era su
novio, Pedro Jaén.
Ellos tras la jornada de trabajo cogían trabajo por cuenta
que hacían juntos. Su novio y luego marido, Pedro, también la instruyó en otras facetas, como la
de la estuchería, tanto la exterior como la interior, es decir, forrar los estuches.
Cuando se casó en 1970 deja la fábrica como era de costumbre
en aquella época y trabaja en su casa en las piezas que Pedro hacía. También
trabajó para Pepe Esteban, Carrillo donde estuvo dada de alta y la empresa de
Antonio Sánchez. Nos hace mención a que siempre le gustó que las tareas fuesen como mínimo de cien piezas.
Esta patacabra que nos dona perteneció a su
padre, que trabajó en la fábrica de Juan Jaén y entra en nuestro libro de
registro con el numero 128.
[Fotos: Paco Solano]
No hay comentarios:
Publicar un comentario